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China desafía la guerra económica impulsada por Trump con un crecimiento del 5% y promete enfrentar desafíos

El conflicto comercial que comenzó entre Estados Unidos y China ha tenido un impacto notable en las economías de ambos países, así como en la economía mundial en su conjunto. Este enfrentamiento, iniciado en 2018, ha introducido inestabilidad en los mercados y ha tenido efectos tanto en consumidores como en fabricantes.

La guerra comercial iniciada entre Estados Unidos y China ha tenido repercusiones significativas en las economías de ambos países y en la economía global en general. Este conflicto, que comenzó en 2018, ha generado incertidumbre en los mercados y ha afectado tanto a consumidores como a productores.

Orígenes del conflicto comercial

En marzo de 2018, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, implementó aranceles por valor de 50,000 millones de dólares a productos chinos. Esta medida se basó en acusaciones de prácticas comerciales desleales, como el robo de propiedad intelectual y la transferencia forzada de tecnología estadounidense a China. En respuesta, China impuso aranceles a más de 128 productos estadounidenses, incluyendo la soja, una de las principales exportaciones de Estados Unidos al país asiático.

Impacto en las economías de Estados Unidos y China

La implementación de aranceles ha tenido efectos adversos en ambas economías. En Estados Unidos, los consumidores han experimentado un aumento en los precios de los productos afectados por los aranceles, lo que ha reducido su poder adquisitivo. Además, los agricultores y fabricantes han enfrentado desafíos debido a la disminución de exportaciones y a la competencia en mercados internos y externos.

Por otro lado, China ha visto una desaceleración en su crecimiento económico y en la actividad manufacturera, alcanzando niveles mínimos en décadas. La economía china ha tenido que adaptarse a las nuevas barreras comerciales, buscando diversificar sus mercados y reducir la dependencia de exportaciones a Estados Unidos.

En respuesta a las políticas de Trump, China ha adoptado acciones tanto económicas como diplomáticas. Ha aumentado su inversión en defensa en un 7.2%, alcanzando un total de 245,600 millones de dólares, con la intención de fortalecer su capacidad militar y proteger su soberanía. Además, ha incrementado su déficit fiscal al 4% del Producto Interno Bruto (PIB), siendo este el nivel más alto registrado en décadas, con el propósito de incrementar el gasto público y mitigar el efecto de los aranceles estadounidenses. Asimismo, ha reducido su objetivo de inflación anual al 2%, reconociendo las presiones deflacionarias en su economía.

Efectos en terceros países y en la economía mundial

La disputa comercial no solo ha impactado a Estados Unidos y China, sino que también ha dejado su huella en otros países y en la economía global. Las naciones que dependen en gran medida del comercio con estas dos potencias han sufrido consecuencias adversas. Por ejemplo, una desaceleración del 0.4% en el crecimiento económico de Estados Unidos puede afectar considerablemente a economías como la mexicana, dada su estrecha relación comercial. De manera similar, una reducción del 1% en el crecimiento económico de China tendría un efecto negativo en América del Sur, que mantiene fuertes vínculos comerciales con este gigante asiático.

Futuras perspectivas

Perspectivas futuras

A medida que avanza el conflicto comercial, las perspectivas para una resolución parecen inciertas. Las negociaciones entre Estados Unidos y China han sido complejas y, en ocasiones, estancadas. La economía global continúa sintiendo los efectos de las políticas comerciales implementadas, y es probable que las consecuencias persistan en el mediano y largo plazo.

Por Sergio Giraldo