El hallazgo del cuerpo carbonizado del agente Pedro Rodríguez el 4 de mayo de 2017 dio comienzo a la investigación del Crimen de la Guardia Urbana, caso cuyo desarrollo llegará a Netflix a través de la serie El cuerpo en llamas, con Úrsula Corberó, y del documental Las cintas de Rosa Peral.
La historia real tiene tres protagonistas, todos ex agentes de la Guardia Urbana de Barcelona: Rosa Peral, de 36 al momento del crimen, Rodríguez (38) y Albert López (39).
Pedro era la pareja de Rosa; Albert, la dupla laboral, ex y actual amante de Rosa.
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La ficción está basada en un caso que conmocionó a España en 2017.
Sus vidas se vieron revueltas durante los años y meses previos al descubrimiento del cuerpo de Pedro hasta que los caminos de este triángulo humano convergieron en una noche fatal.
Meses convulsos: los tiempos previos al crimen
Rosa Peral tenía relaciones complejas con sus ex parejas.
Con Rubén, el padre de sus dos pequeñas hijas, mantenía una disputa constante por la tenencia de las niñas; con Óscar S. estaba en juicio por un caso de pornovenganza; con López había estado en pareja durante cuatro años y medio y al momento del crimen era su amante.
Tres días antes del asesinato, Rosa debía declarar como víctima contra Óscar S., quien se desempeñaba como subinspector de la Guardia Urbana de Barcelona, en el juicio en donde lo acusaban de haber difundido en internet una foto sexual de ambos.
En ese momento Pedro y Rosa no estaban bien: él ya la había amenazado con dejar de convivir tras descubrir que ella le era infiel con Albert. La desconfianza era la principal causa de las rispideces de su relación.
Peral y Albert habían sido investigados por la muerte de un mantero en Montjuic, el 9 de agosto de 2014. Ellos declararon que el fallecimiento del hombre, producto de una caída de un terraplén, había sido accidental y la titular del juzgado, al no poder contradecir su argumento, había archivado la causa.
Los agentes amantes habían dado con el mantero cuando estaban buscando a un ladrón de teléfonos en un operativo contra la venta ambulante.
Tras reducirlo, el mantero le dio un navajazo en la pierna a Rosa y acto seguido -según el relato de los agentes- se lanzó al vacío desde un precipicio de 20 metros de altura.
El asesinato: la ruptura del triángulo
Setenta y dos horas antes, Rodríguez, Rosa y sus dos hijas se encontraban en la casa de Cubelles de la pareja. Albert se sumó a la “fiesta” a las tres de la madrugada. Y todo se desmadró.
Pedro murió entre las diez de la noche y las diez de la mañana del 1 o 2 de mayo. ¿Quién lo mató? ¿Por qué lo hizo?
El 4 de mayo de 2017, la policía halló los restos de Rodríguez dentro de un auto prendido fuego en el Pantano de Foix. Su cuerpo en cenizas yacía allí hacía más de cuarenta y ocho horas.
Las únicas testigos de lo que pasó fueron las hijas de Peral. Si bien no declararon en contra de su madre, una de ellas contó a su madrastra -la actual pareja de su padre, Rubén- lo que había visto.
La madrastra declaró ante la Justicia que la niña le dijo que vio a su madre discutir con Pedro y luego cómo Peral lo bajaba hasta la planta baja de su casa por las escaleras sosteniéndolo por los hombros. Aclaró que él se veía “como un robot”. Después de un rato, Rosa apareció con sangre.
Tras el asesinato de Pedro, Rosa y Albert convivieron durante cinco días como si nada hubiera pasado. No parecía que su relación pasada de 4 años y medio se hubiera roto.
La aparición del cuerpo de Pedro, sin embargo, dio inicio a una investigación que los complicó. Ambos fueron detenidos como sospechosos diez días después de la muerte del agente.
Y se dio un giro inesperado.
Ya ante la Justicia, los ex novios, compañeros de trabajo y amantes ocasionales se desconocieron culpándose el uno al otro.
El ocultamiento del cadáver
El traslado del cuerpo de Rodríguez hasta el pantano de Foix fue de todo menos prolijo. Los (o el) asesinos intentaron borrar todo tipo de pruebas, pero dejaron un montón de huellas.
Primero intentaron descuartizar el cuerpo en la casa de Rodríguez: no pudieron. La policía lo notó porque había manchas de sangre desperdigadas por toda la casa. Tampoco fueron muy cuidadosos con el método empleado, ya que un vecino dijo que los días siguientes al crimen escuchó el ruido de una motosierra proveniente del lugar.
Rosa, además, usó el teléfono de Pedro para hacer de cuenta que su ex seguía vivo e intentó culpar a su exmarido -Rubén-, que era enemigo acérrimo de Pedro.
Ella y Albert condujeron hasta la casa de Rubén (Rosa sabía la dirección porque había contratado a un detective para que le encontrara secretos que le permitieran quedarse con la custodia de sus hijas) con el teléfono de Pedro encima con el objetivo de que la policía, al rastrear el móvil, dedujera que Rubén lo había matado tras una pelea. Por suerte para Rubén, ese día no se hallaba en su casa.
Cuando dos días después por fin optaron por quemar a Rodríguez en el pantano, Rosa y López también llevaron consigo el teléfono del muerto y los investigadores, como era de esperar, pudieron rastrear todo.
Al deshacerse del cuerpo de ese modo, los amantes, sin darse cuenta o no, sellaron su destino y se convirtieron en un solo culpable: el fuego borró todo tipo de pruebas acerca de quién fue el o la autora material del asesinato.
El juicio
El juicio con jurado popular arrancó el 3 de febrero de 2020, apenas unos días antes de que se desatara la pandemia.
Rosa acusaba a López de haber asesinado a su pareja por celos; López acusaba a Rosa de haber matado a Pedro porque este la había agredido.
Sin embargo, para la fiscalía los dos eran culpables. Creía que habían hecho todo para poder estar juntos de nuevo sin que hubiera nadie en el medio. Pedían 24 años para López y 25 para Peral por asesinato con traición y para ella con el agravante de parentesco.
A finales de marzo, ocho de los diez miembros del jurado consideraron a la pareja culpable del asesinato con traición. La Justicia condenó a Rosa a 25 años y a López a 20, además de una indemnización para la familia de la víctima con 885.000 euros. A ella le dieron cinco años más por el agravante del parentesco.
Causas reabiertas
Con motivo del arresto, la policía reabrió la investigación del caso del mantero que implicaba a la dupla e imputó a los agentes por homicidio.
Los investigadores comenzaron a preguntarse por qué el fallecido tenía esposas cuando fue hallado en el suelo y barajaron la idea de que Albert lo había empujado después de que este tajara a Rosa, su enamorada, con la navaja.
Otros policías, sin embargo, desmintieron esta teoría al declarar que el mantero llevaba esposas porque después de caer del terraplén había intentado agredirlos con un cuchillo.
El caso de pornovenganza, por otro lado, liberó a Óscar S. de la acusación por falta de pruebas. Rosa se quedó sin nada.
Al final… ¿Qué pasó esa noche?
Por qué sucedió lo que sucedió durante el punto ciego de la causa -entre las 10 PM y las 10 AM- dio lugar a tres importantes teorías.
La primera -y más barajada- es que Rosa lo mató porque no soportaba más sus encontronazos con Pedro.
Al parecer, el agente iba a romper con Rosa esa noche porque supuestamente había descubierto una nueva infidelidad de su pareja. Según las hijas de Rosa, Pedro hizo la valija y discutió fuertemente con su madre antes de morir.
La segunda es que Albert quiso matar a Pedro para volver a estar con Rosa definitivamente. Al parecer, en esa época López le había regalado un anillo de compromiso a Peral y le habría dicho: “Por si lo piensas”.
La tercera es la de un móvil compartido. Que los dos lo planearon en conjunto cada uno por un motivo diferente.
El de ella era igual al de la teoría 1: que Pedro quería dejarla. El de él, un poco más intrincado.
En prisión, Rosa le habría dicho a una compañera que Albert era capaz de matar por ella, “como cuando lo del mantero de Montjuic”.
Allí dio a entender que lo de 2014 no fue un accidente, sino que Albert mató al mantero para “defender” a su amada.
Según otra presa, Pedro estaba al tanto de esto y habría querido denunciar a Albert, lo que lo enviaría a la cárcel. Como Rodríguez, entonces, conocía su secreto, lo habría matado.
El cuerpo en llamas: la serie
El viernes llegará a Netflix la serie El cuerpo en llamas, a pesar de que Peral quiso impedirlo desde la cárcel.
Rosa solicitó la paralización del estreno alegando que pueden vulnerar su derecho al honor. La petición fue atendida el viernes por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y rechazada por falta de competencia la medidas cautelares solicitadas por Peral
Además de Corberó (hará de Peral) forman parte del reparto Quim Gutiérrez (Albert), José Manuel Poga (Pedro), Isak Ferriz, Eva Llorach, Raúl Prieto y Júlia Truyol.
El documental
El mismo día del arribo de El cuerpo en llamas a Netflix también llegará a la plataforma el documental Las cintas de Rosa Peral, en donde la culpable del delito da su versión de los hechos desde la cárcel.
Según la sinopsis oficial, el documental expondrá “desde un nuevo ángulo los hechos del crimen de la Guardia Urbana que tuvieron lugar en 2017”.
Mostrará por primera vez el testimonio de Peral tras el asesinato y material inédito de su archivo personal de videos y fotos, además de entrevistas con su entorno más cercano, el fiscal, los abogados del caso y los principales periodistas que cubrieron el suceso.