El Gobierno español multiplica estos das la presin a la Comisión Europea para evitar la apertura de un procedimiento de déficit excesivo. Lo hace el ministro Carlos Cuerpoque las lunas se reúnan bilateralmente con el comisario Paolo Gentiloni y los jóvenes están de nuevo Bruselas. Lo hace la representación permanente de España antes de UE y el propio jose borrellrepresentante de viola para el Exterior de Política, pero también vicepresidente comunitario. Dentro de algo más de un mes, quizá la decisión se tome el próximo 19 de junio, durante las elecciones europeas, pero uno de los factores de decisión se conoce hoy, cuando la Comisión Pública sobre previsiones macroeconómicas primarias, en las que alinear sus círculos con los del Ejecutivo Español, que prev e insiste en que 2024 acabará con un desequilibrio en les valores del 3%, perfectamente ajustados a los estándares.
Esto es particular porque entran en vigor las nuevas normas tributarias y porque estamos en coma después de la pandemia para recuperar la esencia rigurosa de la Pacto de Estabilidad. En junio, la Comisión Europea debería abrir un procedimiento de déficit excesivo de entre 11 y 13 pases, por lo que el dato a tener en cuenta es el acero de 2023. España, por ejemplo, tiene un 3,6%. Pero hay un brillo atípico que no está claro como el de ejecutar las reglas, y las propias instituciones admiten que tienen una parte subjetiva.
«El marco y criterio para los procedimientos de déficit excesivo es el 3% de PIB [en 2023], pero al mismo tiempo existe la posibilidad, en los casos en que la diferencia sea cercana y temporal, de tener en cuenta una serie de factores relevantes que pueden llegar a la conclusión de no abrir la oportunidad. Es un análisis que tenemos en los próximos meses», reitera este martes el vicepresidente Valdis Dombrovskis Responde a una pregunta sobre las palabras del ministro Cuerpo, quien confía en que no se haya dicho que no esperamos terminar 2024.
No existe ninguna forma de evasión a menos que exista una interpretación increíblemente laxa. Francia o Italia están entrando en el 5% de renta y no bajan el 4,4% de esta tasa. A otros les gusta Polonia argumentan que este enorme desvo debe revertirse totalmente en Defensa y para ayudar a un Ucrania, criterios que reconocen como determinadas circunstancias atenuantes con el nuevo marco fiscal. Uno de los razonamientos de peso de España, que comparte el de Gentiloni, es que a nadie le ha parecido mucho abrir un procedimiento con paso en la fecha de 2023 cuando parece que en 2024 este problema estará solucionado. Y tengo en cuenta que estos lugares son diferentes. Por primera vez, las etapas tienden a presentar en septiembre un mensaje de ajuste fiscal para las cuatro próximas a nuestro sitio, y la Comisión los evaluará. Pero como hay elecciones europeas y cambios en Bruselas, no está decidido si asumirá la responsabilidad, ya sea ésta o la próxima, no asumirá responsabilidades hasta diciembre y responderá a los cuestionarios incluso tarde.
En sus previsiones actuales, y además, Bruselas cree que España se acercará a 2024 con un déficit del 3,2%. Pero también dije que en 2023 llegaría al 4,1% y que el final sería un punto medio negativo. Ahora ya no hay nada que ver y el efecto para el PIB, salvo la medida excepcional que sigue. Por eso su estimación coincide con la del gobierno. Ahora es cuestión de ver cómo proceder, porque la desviación española será «temporal» si se deja constancia de que parará el curso como pantalla de ambas partes, pero no hay forma de saberlo con certeza en mayo. Pero es muy complicado, con los libros en la mano, aceptar que ese 0,64% es completamente redundante. En la práctica, en todos los casos se trata de una cuestión de estima o prejuicio a ajustar, porque los parámetros en todos los casos, un 0,5% del PIB anual, no son diferentes en ambos escenarios. Pero la decisión es política y los buenos de esta legislatura han resultado ser el alias de la señora Firme de Moncloa en todas las batallas económicas.