Tarde pero seguro, la acción del evento climático conocido como El Niño llegó a la franja central de Argentina para dar un respiro tras varios años de sequía. Entre el 20 y el 24 de octubre las lluvias llegaron al 90 por ciento de la zona agrícola núcleo, la de mayor productividad del país que abarca el sur de Santa Fe, el norte de Buenos Aires y el sudeste de Córdoba, dejando acumulados de más de 30 milímetros que permitieron detener la caída de los rendimientos en los deteriorados cultivos de trigo y abrir las posibilidades ciertas de siembra de soja. En este nuevo escenario, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) ahora estima que en la región se destinará un 11 por ciento más de superficie a la oleaginosa, unos 5,1 millones de hectáreas por arriba de la campaña anterior.
Tal como señaló la entidad rosarina, este era un «giro climático muy esperado» en el campo. Los mayores beneficiados por las precipitaciones en la región núcleo fueron los productores del sudoeste de Santa Fe, el sur de Córdoba y el noroeste de Buenos Aires, donde el agua caída superó los valores medios normales, alcanzando en algunos casos entre 40 y 100 milímetros. En Entre Ríos se registraron marcas mayores a 60 milímetros. «Dentro de la zona núcleo, la localidad de Rufino (Santa Fe) fue la gran ganadora con 105 milímetros de lluvia», indicó la BCR.
Aunque los valores de agua útil alcanzan, e incluso superan, la media estadística de octubre para la zona núcleo (media entre 75 y 90 milímetros), resultan insuficientes, en particular, en el extremo sudoeste de la región.
La sequía todavía continúa en el norte del área, donde hacen falta entre 120 y 180 milímetros de lluvia en las próximas dos semanas para alcanzar el estado óptimo de agua en el perfil, mientras que en el centro y sur, los valores oscilan entre 60 y 100 milímetros, según el relevamiento de la BCR.
«Si bien estas lluvias han sido un alivio bienvenido, la región aún sigue monitoreando de cerca sus reservas hídricas de cara a la campaña gruesa que comienza y a la fina que ya va terminando», advirtieron desde la entidad .
Antes de la tormenta, 650.000 hectáreas de trigo se encontraban en condiciones regulares a malas, pero gracias a las lluvias de los últimos días solo permanecen en ese estado 450.000. «Si bien las lluvias llegaron tarde para sumar algunos puntos al rendimiento, ya que el 80 por ciento del cultivo se encuentra en llenado de granos, resultan sumamente determinantes para frenar la caída de los rindes», destacaron los técnicos de la BCR.
En Carlos Pellegrini y María Susana, en el centro sur de Santa Fe, una de las zonas más golpeadas por la sequía, el agua recibida permitirá a las plantas completar el llenado de granos y esto le pone un piso a la caída del rinde. Allí estiman un rendimiento mínimo de 10 quintales por hectárea y un techo de 20. En el sur de la provincia, calculan un rinde de entre 25 y 35 quintales por hectárea. No obstante, huno una franja afectada por granizo entre San Gregorio y Christophersen donde se perdieron completamente los cultivos de trigo. En la zona de Bombal y Bigand, las lluvias posibilitaron «condiciones de llenado excelentes en búsqueda del máximo potencial del cultivo”, dijeron los productores, que espera un rinde promedio de 40 quintales por hectárea.
En el sudeste de Córdoba, donde el trigo estaba en muy malas condiciones debido a la sequía, las lluvias fueron muy desparejas. Sin embargo el rendimiento se podrá compensar en parte con el peso de grano. Por eso, ahora proyectan un promedio de 20 quintales por hectárea. Cabe señalar que en la zona, algunos lotes ya se habían enrollado o picado para forraje.
La soja se agranda
Con las lluvias de la última semana, se renovó la esperanza para la campaña gruesa y crecen las expectativas para la siembra de la soja, por eso, se estima una expansión del 11 por ciento del área respecto de la campaña anterior.
«Este año hay intenciones de recuperar unas 300.000 hectáreas, que el año pasado quedaron afuera de los planes de siembra por la falta de humedad. Además, se suman 200.000 hectáreas que no pudieron sembrarse con maíz temprano en este año», explicaron desde la BCR.
En Carlos Pellegrini la superficie de soja aumentará en un 10 por ciento por el pasaje de los lotes de maíz que quedaron truncos. En Bigand, la siembra de la oleaginosa comenzará apenas se oree el suelo y ya hablan de un crecimiento de la superficie del 25 por ciento. En San Gregorio comenzarán a sembrar la semana que viene en una área similar a la del año pasado. Mientras que en Monte Buey largarán en los próximos días, en cuanto haya piso para entrar a los lotes con las sembradoras.
Al límite, algo de maíz temprano
Con 870.000 hectáreas sembradas y pasada ya la ventana óptima de siembra para el maíz temprano en la región núcleo, solo se prevén algunas incorporaciones adicionales de lotes tras las lluvias. En el extremo sur de santafesino, en Sancti Spíritu, podrían avanzar apenas un 10 por ciento con el cereal que quedó por sembrar. Desde el sudeste cordobés solo incorporarán algunos lotes donde llovió mejor cuando tengan piso: “Las lluvias fueron muy desparejas, hacia el sur de Corral de Bustos rondaron los 100 milímetros y a unos pocos kilómetros, en Monte Buey, tan solo cinco”, contaron. Por otra parte, en María Susana informaron que no se incorporarán nuevos lotes de maíz pero que hoy son más los productores que quieren sembrar temprano (durante los últimos días de octubre), que los que van a pasar a fechas tardías
Fin de ciclo
Finalmente El Niño irrumpió en la zona central del país. Las lluvias y tormentas fueron recurrentes durante los últimos siete días permitiendo que, en mayor o menor grado, el agua llegara a casi toda la región pampeana.
Aunque fueron oportunas, las lluvias solo llegaron a cubrir la demanda en parte de la zona núcleo y ka mejora en las reservas de agua se produjo de forma sectorizada. «Las condiciones de sequía se han moderado en el sur de Córdoba, donde el agua fue un poco más abundante, y es notoria la recuperación en el sur de Santa Fe y en el norte de Buenos Aires. Por su parte el centro y el sudeste bonaerense lograron consolidar buenas condiciones para las siembras de la fina», detalló la BCR.
La lluvia recibida todavía está lejos de recomponer el buen nivel de las reservas de humedad del suelo en la mayor parte de la región pampeana. Sí se logró en la Mesopotamia. Pero, de todas maneras, se avizora un cambio de tendencia climática «muy notorio y auspicioso», según la BCR.
Los pronósticos anticipan más precipitaciones para la última semana de octubre. Todo parece indicar que «finalmente la influencia positiva del Niño, muy presente en extremo noreste del país desde hace dos meses, comienza a llegar al corazón de la región pampeana», dijeron desde la entidad rosarina.