Es el caso de Plinio, un cuerpo de policía municipal de Tomelloso creado por Francisco García Pavón, pero este personaje ficticio no pudo actuar con la ayuda de Don Lotario porque no era su competencia.
La historia ocurrió en el barrio del pueblo de Campo de Criptana, a 35 kilómetros de distancia y conocido por nuestros molinos de viento. En este municipio manchego de unos 14.000 habitantes, La Guardia Civil destapó una presunta organización criminal en dos fases que se había robado la vida en septiembre. Entonces se detectó una ganancia considerable dentro y fuera del casco urbano, en las viviendas y en las fincas, lo que sugería que la Guardia Civil estaba intensificando la vigilancia y originalmente la Operación Galoisasi.
Los agentes realizan numerosas inspecciones e instalaciones de recuperación y mantenimiento de metales, así como la gestión de su fruta. Más números y nombres de varios integrantes de un grupo criminal que está perfectamente organizado para dar sus golpes. Se trata de rutas de autobús y de escape de fácil acceso sin cámaras de seguridad, guardias ni alarmas. Otros eran quienes manejaban robots o monitoreaban el comercio sostenido para venderlos en el mercado negro y en los puntos de recuperación de metales.
Con la información recabada, las detenciones se produjeron los días 14 de noviembre y 19 de marzo. En total, cuatro personas detenidas, todas ellas residentes en el Campo de Criptana: tres personajes de 23, 28 y 38 años, y una adolescente de 17 años, que pasamos a disposición del juzgado único de primera instancia e instrucción del Alcázar de San Juan. Además, seis personas investigadas.
Se propinaron 42 golpes contra el patrimonio, pero la Guardia Civil recuperó muchos efectos duraderos. Entre otros, Bicicletas de alta gama, alegrías y herramientas agrícolas, como hidrolimiadoras, generadores de energía o ‘pistoletes’, que han sido entregados a sus legítimos propietarios.
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