La turstica ciudad de Marrakech y sus alrededores sufren el terremoto ms potente que se ha vivido en la historia reciente del pas norteafricano, dejando miles de vctimas entre fallecidos y heridos.
Desde el avin, a vista de pjaro, la plcida alfombra en tonos marrones y verde oscuro desprende su calidez de siempre al arropar la geografa de Marruecos. Pero al acercarse a tierra, poco a poco se van percibiendo los estragos de la ira de la naturaleza. La parte vieja de la ciudad de Marrakech, antao con sus imponentes murallas ocres es, tras el dramtico terremoto que la sacudi el viernes por la noche, un manojo de escombros.
Las construcciones de adobe han cedido en su fragilidad a la fuerza del sesmo. Y los habitantes de la medina han sido desalojados en su mayora por las autoridades. A falta de soluciones de realojo, los vecinos se han refugiado en explanadas como la de Lemhamid, donde se celebran tradicionalmente los multitudinarios rezos del calendario musulmn. Ahora las palabras de consuelo conviven con las oraciones.
«Gracias a Dios estamos bien toda la familia, pero hemos sufrido mucho y hemos pasado toda la noche sin dormir, en la calle». Todava en pnico, as describa Mohamed F. la noche de pesadilla que se ha vivido en Marrakech en medio del sesmo ms potente que se ha registrado en la historia reciente de Marruecos. El balance de vctimas mortales asciende a esta hora a 2.012 y hay ms de 2.059 heridos, de los que 1.404 estn en estado muy grave. El balance de fallecidos puede seguir escalando.
La turstica ciudad de Marrakech, a unos 320 kilmetros de Rabat, ha sido una de las zonas ms afectadas, como tambin las provincias de Al Hauz, Uarzarzat, Azilal Chichaua y Tarudant, segn el Ministerio del Interior marroqu. El movimiento telrico alcanz una magnitud de 7 y de 6,8 en la escala de Richter, segn diversas fuentes. Se produjo a las 23.11 hora local del viernes, ya pasada la medianoche en la Pennsula, donde tambin se dej sentir la sacudida. Su epicentro se sita en la localidad de Ighil, a unos 80 kilmetros al suroeste de Marrakech.
Las banderas a media asta reflejan la realidad, una catstrofe que pone a prueba a las autoridades del reino alau. «Dnde est el gobierno? Aqu no hay nadie«, deca un anciano que pasaba en moto entre escombros por el callejn de Zitoum Kdim, en el Mellah, el barrio judo. Esta zona es la ms daada por el terremoto y la ausencia de equipos de securizacin de la zona era patente cada ya la noche. Abderrahman, vendedor de legumbres desista de seguir su camino al encontrar un edificio derrumbado que bloqueaba la calle. «Qu puedo hacer?», se lamentaba. En las calles, las autoridades estaban ms ocupadas de dirigir el trfico que en retirar escombros y abrir callejuelas.
El reino ha declarado tres das de luto nacional. «Hemos decidido un duelo nacional de tres das, con banderas a media asta en todos los edificios pblicos», declar la Casa Real en un comunicado difundido a travs de la agencia marroqu MAP, tras una reunin presidida por el rey, Mohamed VI.
Por instruccin del monarca se han desplegado las fuerzas armadas en las regiones afectadas, en especial Al Hauz, incluyendo medios areos. Equipos de rescate y salvamento y un hospital mdico quirrgico de campaa han sido enviados, segn informa el medio local Le360.
Los medios marroques aseguran que es el sesmo ms potente que ha vivido el pas norteafricano. El Ministerio del Interior situ su magnitud en 7, mientras que el Servicio Geolgico de EEUU lo midi en 6,8, indicando que se produjo a una profundidad de 18.5 kilmetros. El Gobierno marroqu ha asegurado que ha movilizado «todos los recursos necesarios para intervenir y ayudar en las zonas afectadas». El centro local de transfusiones de sangre lanz un llamamiento para realizar donaciones, inform Efe.
Personas y familias con maletas recorran las calles de Marrakech, la tercera ciudad del pas, tras abandonar sus casas. Mientras, algunos turistas trataban de orientarse o seguan con su rutina de ocio. Hamid se asoma por el arco a las ruinas de su restaurante y se lleva la mano al corazn. «No podemos entrar por ahora». Las fincas de naranjos y olivos de las afueras de la ciudad acogen a miles de familias que han abandonado sus casas agrietadas con el pnico an entre los huesos. Las rplicas son ahora el mayor miedo de la poblacin y el foco de advertencias de las autoridades.
El Hospital universitario de Marrakech tuvo que sacar la noche en que irrumpi el sesmo a los pacientes en sus camas medicalizadas fuera del recinto ante el peligro de derrumbe. El aeropuerto de Menara tambin ha sufrido daos en su terminal de llegadas, lo que no impidi que ayer tarde siguieran llegando turistas de todas partes del globo. Es temporada alta en Marrakech, una vez dejados atrs los rigores de un verano que ha alcanzado temperaturas de hasta 55 grados.
La difcil tarea de llegar a las aldeas
La mayor dificultad estriba en estas primeras horas en las aldeas ms remotas y de difcil acceso. All se han empezado a desplegar el ejrcito y la polica para advertir a la poblacin, provistos de megfonos, que no permanezca bajo sus precarios techos, relatan a este peridico fuentes locales.
El fuerte temblor provoc escenas de pnico durante la noche del viernes y los habitantes de la zona, que ya han pasado la primera noche al raso, se prepararon para hacerlo por segunda vez. Eso hicieron Mohamed y su familia. «Estaba hablando por telfono cuando escuch un ruido muy fuerte que cada vez se haca ms intenso. Escap fuera y vi que todo el mundo estaba gritando, llorando. Era como una pelcula«, nos cuenta este gua turstico especializado en Marrakech y el Atlas que suele trabajar con espaoles. «No puedo encontrar las palabras ahora mismo para explicar lo que siento», prosigue emocionado. «Mi familia est bien, aunque el terremoto lleg hasta all», aade aliviado sobre sus padres, ya ancianos, que viven en una zona remota de la montaa. El paquete turstico con el que iba a trabajar esta semana acaba de anularle el viaje.
«Sentimos una sacudida muy violenta y pronto me di cuenta de que era un terremoto», relataba a Afp Abdelhak el Amrani, que vive en Marrakech. En la famosa plaza de Jemaa el Fna, en el corazn de la villa ocre, el minarete de la mezquita Al Fana se derrumb y provoc heridos. Mientras, la Koutubia, la gemela de la Giralda de Sevilla, permaneca inclume.
La gran explanada inmortalizada por Juan Goytisolo, que cada noche alberga a los encantadores de serpientes y los cuentacuentos, adems de tenderetes y restaurantes, esta vez se llen de gente que quiso ponerse a salvo bajo el cielo, escapando de las estrechas calles de la medina. Anoche, el ambiente estaba enrarecido, con caras tristes, pero tambin con turistas y con la animacin propia de las noches marrakeches.
«Vea los edificios que se movan. No tenemos los reflejos para reaccionar en este tipo de situaciones. Sal y haba mucha gente fuera. La gente estaba conmocionada. Los nios lloraban, los padres estaban desamparados», aade Amrani. Los estragos en la antigua ciudad vieja son importantes, con coches bajo los escombros y numerosos edificios derrumbados. Tambin se han visto afectados lugares histricos. Toda la ciudad es presa de los escombros y el caos que ha dejado el terremoto.