Científicos han hallado que un cuerpo celeste, que ha estado girando alrededor de la Tierra durante años como una «miniluna», podría ser en realidad una pieza desprendida de nuestro mismo satélite, la Luna. Este cuerpo, llamado 2023 FW13, ha despertado el interés de los investigadores por su curioso origen y trayectoria orbital.
La palabra “miniluna” describe a los pequeños cuerpos que son momentáneamente atrapados por el campo gravitacional de la Tierra, manteniéndose en órbita alrededor de ella. Normalmente, estos objetos son asteroides que transitan por las proximidades del planeta, pero en este caso específico, las particularidades del objeto indican algo diferente: podría ser un pedazo de la Luna que, en algún punto del pasado, fue expulsado debido a un impacto en su superficie.
El término “miniluna” se refiere a pequeños objetos que son temporalmente capturados por la gravedad de la Tierra, quedando en una órbita alrededor de nuestro planeta. Estos cuerpos suelen ser asteroides que cruzan el espacio cercano a la Tierra, pero, en este caso particular, las características del objeto sugieren algo distinto: se trataría de un fragmento lunar que, en algún momento de la historia, fue expulsado tras un impacto sobre la superficie de la Luna.
Los científicos que han estado analizando este fenómeno emplearon simulaciones avanzadas para seguir el camino de la «miniluna» y establecer su posible origen. Los cálculos indican que el fragmento pudo haberse separado hace millones de años, tal vez debido a un impacto meteórico en la Luna. Este tipo de colisiones ha sido frecuente a lo largo de la historia del sistema solar, y es probable que otros fragmentos más pequeños también hayan sido lanzados al espacio, aunque no todos han quedado cerca de la Tierra.
Aunque su hallazgo es nuevo, este no es el primer caso de un objeto temporalmente retenido por la gravedad de la Tierra. A veces, pequeños asteroides o escombros espaciales han sido observados en órbita terrestre, pero usualmente permanecen por breves periodos antes de regresar al espacio interplanetario. Sin embargo, 2023 FW13 parece tener un vínculo mucho más estable con nuestro planeta, habiendo sido su «acompañante» durante un tiempo extenso.
Aunque su descubrimiento es reciente, este no es el primer caso de un objeto capturado temporalmente por la gravedad terrestre. En ocasiones, pequeños asteroides o fragmentos espaciales han sido identificados en órbita terrestre, pero tienden a permanecer en ella por cortos periodos de tiempo antes de escapar de nuevo al espacio interplanetario. Sin embargo, 2023 FW13 parece tener una relación mucho más estable con la Tierra, habiendo permanecido como su «acompañante» durante un periodo prolongado.
La comunidad científica ha mostrado interés en este hallazgo no solo por su origen, sino también por las implicaciones que puede tener en nuestra comprensión de los cuerpos celestes cercanos. Este tipo de estudios nos permite explorar cómo se comportan los fragmentos desprendidos en el espacio y cómo las interacciones gravitacionales influyen en su trayectoria. Además, conocer mejor estos objetos tiene importancia práctica, ya que podrían representar una fuente de información valiosa sobre los impactos que la Tierra y la Luna han experimentado a lo largo de la historia.
El objeto 2023 FW13 seguirá siendo observado para confirmar los detalles de su composición y su relación con la Luna. Este hallazgo abre nuevas puertas para explorar cómo los eventos catastróficos en nuestro sistema solar han moldeado las estructuras celestes que conocemos hoy. A medida que se disponga de más datos, los científicos continuarán descifrando los secretos que este curioso fragmento espacial tiene para revelar.